El amor tiene memoria. Tiene color y vida. El amor tiene corazón. Es exigente, y además nos exige mucho. El amor escapa al tiempo, escapa a la razón. Va por libre, presumiendo día a día, y por siempre, de rebeldía.
El amor es gaviota sin mar, historias que no se llegan a contar.
El amor es humano, animal, pasional. Es dejar de ver el cielo de gris, diferenciar los colores.
El amor es de lunes a domingo, de enero a diciembre, pasando por noviembre, de principio a ningún fin; simplemente no acaba. Tiene magia, tiene corazón propio, también dañado, oscuro, manchado.
El amor tiene enemigos, destinos, suspiros…
Pero tranquilo, mundo, el amor, sobre todo, nos tiene a nosotros.