Mi nombre es Blanca Monerri García-Rodrigo, aunque siempre se olviden de incluir el “Rodrigo”. Desde pequeña, el “qué bien escribes” ha sido el más valorado de los piropos (ese y el “has cogido algo de color”). Pero, especialmente, el primero.

Soy esa persona que escribía cartas kilométricas a los Reyes Magos, la que participaba en los concursos de relatos e historias en el colegio y, por supuesto, la que se leía todas las obras de “obligada lectura” en la ESO y Bachillerato.

Nunca he dejado de lado la lectura y, como es sabido, la lectura y la escritura son dos caras de la misma moneda, o al menos yo lo veo así.

Uno de mis sueños en esta vida era publicar un libro, check. Pero otra fantasía sería compartir historias que muevan algo dentro del lector. Siempre me han dicho que escritura y sensibilidad forman el tándem perfecto, y yo lo creo firmemente. Pues para eso estamos.

Mi primera novela, Etapas y escalones, versa sobre una etapa que, en ocasiones, la gente quiere abrir. En otras muchas ocasiones, busca ser cerrada. En cada etapa de la vida, al igual que en cada etapa de las relaciones de pareja, de amistad o de familia, existen determinados escalones que te pueden llevar, en cuestión de tiempo, a lo más alto. A sensu contrario, pueden llevarte a lo más oscuro y siniestro.

Así somos, así es el libro. Así es el amor; o lo quieres (bonita redundancia), o lo odias. No hay más.